|
2006/05/23
Nota introspectiva para no perder la costumbre de actualizar este antro, para ofrecer una disculpa pública a Pepensador y para fastidiar a Herel, quien me tiene clasificado como blog contemplativo. Disculpa, Pepe. Olvidé el compromiso. Soy una mala persona. Me estaré comunicando tan pronto me sea posible y práctico. Se hará esta semana o me como a mi laptop, o le instalo Windows, que sería aún más grotesco. Eh, al menos parece que el calor nos espera unos días más. Pues bien. Estoy vivo aún, me parece, aunque es difícil estar seguro a estas horas de la madrugada. Siento a alguien viendo por encima de mi hombro mientras escribo. Eso siempre me ha fastidiado, y más aún en este caso, en que detrás de mi hay una pared más bien sólida. Comenzar a establecer contacto con el más allá tiene un cierto efecto en mi apreciación de mi condición de humano vivo y saludable. O quizá es pura y natural paranoia causada por falta de sueño. He estado repartiendo mi tiempo entre desarrollar una aplicación financiera para transferencias de varo, escribir una especificación de gramática de contexto libre para el lenguaje Progress 4GL (no me pregunte, le juro que no lo hago por gusto), y parsear mil documentos de un proyecto importante que necesito entender. Todo esto consume madrugadas que da horror. Y es tan divertido como suena. Lo cual, por supuesto, invita a preguntar porqué estoy malgastando su tiempo contándoselo. ¿Me creería si le digo que tenía una excelente respuesta para esa cuestión? La tenía. Pero a estas alturas ya la perdí, junto con mi habilidad de escribir coherentemente. De manera que me voy a callar, y mejor compartiré con usted una foto.  Y una cita, de Scott McNealy, me parece. No que sea particularmente fan del caballero, pero eventos recientes me han causado esta necesidad imperiosa de imprimirla, enmarcarla y usarla para decorar mi oficina. Teníamos 12.9 gigabytes de presentaciones PowerPoint en nuestra red. Y pensé, "qué inmenso desperdicio de productividad corporativa". Así que lo prohibimos. Y hemos tenido tres increíbles trimestres fiscales, de récord, desde que prohibimos PowerPoint. Ahora, yo argumentaría que todas las compañías del mundo, si tan solo prohibieran PowerPoint, verían sus utilidades dispararse. Los empleados circularían por ahí diciendo "¿Qué hago? ¿Qué hago? Supongo que tendré que ponerme a trabajar". En breve volveremos a la intrascendencia trascendente. Paz. Vínculos: Hey, Crackhead (inglés). Hey, en un artículo sin tema, un vínculo a lo que sea es válido. [Foto: El peje. Lepidoseus viridis, pues.]
Etiquetas: personal
2006/05/17
Lo que sigue es un video (¡Gracias a root! Lo verboso que puedo ser en temporadas, ¿no es cierto?) de un pulpo común, Octopus vulgaris, ejecutando un truco absolutamente impresionante. |