La Mengambrea

Sexo, UNIX y rocanrol
2007/01/15

¿Qué le están enseñando a tus hijos?

Hace algunas semanas compré un documental de animales para mi hija. Uno buenísimo de abejas y escorpiones, si no recuerdo mal, con el mismísimo Johnny Rotten como presentador. Y no crea que yo la obligo a ver esas cosas: ella lo eligió, le encantan los bichos horrorosos… los escorpiones, esto es, no el Sr. Rotten (aunque también parece caerle bien). Y la película es, como le digo, muy buena, aunque en su momento me hizo casi gritar del puro coraje.

Verá usted, dada la calidad de la grabación, la tienda donde lo adquirí y el precio que pagué, no tengo la menor duda de que se trata de una versión original, legítima, producida con la anuencia y bendición del titular de los derechos de autor. Estoy seguro de que mi dinero, menos la tajada de los intermediarios, está ahora en las arcas del Discovery Channel. Y de ahí, quiero creer, optimista como soy, algunos centavos habrán ido a parar a manos del muy ameno y moderadamente lunático Sr. Lydon, quien se habrá comprado con ellos un paquete de marlboros, o un tubito de tinte verde para el pelo o lo que sea que se le haya antojado el día que llegó su cheque de regalías. Buena onda, ojalá lo haya disfrutado. Saber que he contribuído con mi granito de arena a pagar los vicios y excesos de Mr. Rotten, en retribución por su trabajo, me es muy satisfactorio. Es lo correcto.

Pero esto no es sobre Johnny Rotten. Es acerca de los malnacidos que distribuyen su trabajo.

Al insertar este DVD en un reproductor, uno es recibido con la fastidiosa leyenda de cómo la ley protege a la "propiedad intelectual" que estoy por ver, y cómo me pudriré en un calabozo o arderé en el infierno si se me ocurre hacer una copia o contarle la película a mi vecina. Luego, una larga animación del logotipo del imbécil que distribuye estas películas en México. Luego un "corto" o "preview" de otro documental o programa: uno de nazis, si no recuerdo mal, y luego otro acerca de reinas egipcias o algo por el estilo, la verdad no recuerdo. Pero ¿sabe usted qué es lo más entretenido de todo esto? Que el disco no le permite saltar esta basura. No, no importa que yo haya pagado por el programa que quiero ver: el editor del DVD, en su infinita sabiduría, no halló en su corazón concederme el privilegio de no ver sus anuncios. No sólo eso: le importó un pito ponerme en la incómoda situación de platicar de nazis con una niña de tres años. Y no es que no tenga planeado hacerlo: sé perfectamente que un día tendré que sentarme con ella y explicarle el nacionalsocialismo y tanta otra inmundicia que hay allá afuera… pero el pelotudo que editó este DVD decidió por mi que el momento para hacerlo es ahora. Y luego otra vez, y otra, cada que queramos volver a ver la película.

Eh bueno, podrán controlar a mi reproductor de DVD, pero no pueden controlarnos a nosotros, ¿no es cierto? De manera que, para nosotros, fue un "vente, vamos a hacernos de algo qué masticar en lo que empieza" y al demonio con estas tonterías.

O ese era el plan. Cuando regresamos, estaba iniciando una misteriosa dramatización de una escena familiar. Era un padre viendo una película con su hija aplastados sobre un sofá: más o menos la misma escena que transcurría frente a mi propia televisión. En la pantalla, sin embargo, la película era "pirata". La niña interroga al güey ese hasta hacerlo reconocer que comprar películas piratas "está mal", por alguna nebulosa razón. Y luego, mientras yo trataba infructuosamente de saltarnos esta vaina, ocurrió lo que me hizo arder de furia. La razón por la que estoy escribiendo todo esto.

La escena concluye y aparece en pantalla, en grandes letras blancas sobre fondo negro, y reforzada por la voz de un locutor en off, la leyenda: "las películas piratas se ven mal". Seguida de: "pero tú como papá te ves mucho peor". Y luego: "¿qué le estás enseñando a tus hijos?"

¿Perdón?

¿Disculpen, hijos de su puta madre, cabrones de mierda, qué me están preguntando? ¿Me están acusando, a mi, frente a mi propia hija, nada menos, de piratear esta chingadera?

No, trozos de cagada, la pregunta es: qué le están enseñando ustedes, malditos mercaderes codiciosos, a mi hija.

La película es original, comprada a un precio ridículo en un "MixUp", pero eso vale madre. Yo lo sé, yo puedo ignorar sus mariconadas. Pero ella no lo sabe. Ella sólo sabe que en un mensaje dirigido a mi, su padre, acaban de decir que le estoy enseñando quién sabe qué cosas terribles.

Pues muchas gracias, malparidos, muchas gracias por nada. Sugerencia: la próxima vez incluyan un clip de ustedes enseñando el culo, que diga "nos cagamos en los imbéciles que gastan su dinero comprando películas originales, en vez de versiones piratas a un décimo del precio, sin insultos ni publicidad que hay que ver a huevo". Porque verán, ratas de caño, el efecto es el mismo: los piratas y sus clientes no se van a enterar, o se van a seguir meando de risa de ustedes. El mensaje sólo lo tendremos qué ver los idiotas que aún respetamos el "copyright" (por razones éticas que ustedes no son capaces de comprender, en sus cabezas llenas de mierda, pero que no tienen un carajo qué ver con la calidad de una grabación).

Oh maldita sea.

Respiro.

Contar hasta diez, recuperar la compostura… Fuf. Perdone el exabrupto. Y eso es dirigido a mis lectores, claro; a ustedes, responsables por la "lección moral": vayan y chinguen a la triputísima perra que los parió.

¿Sabe usted cuál es la única razón por la cual no voy y me hago con veinte películas pirata en este mismo instante, nomás para desquitarme? Respeto a los artistas, eso es todo. La mayoría de ellos aún permite que estos infelices los representen, en vez de distribuirse ellos mismos y recibir compensación directa de su público, no los centavos que los intermediarios les hacen llegar.

¿Qué le vamos a hacer? Eso va a cambiar un día.

Entre tanto, creo que optaré por una solución técnica. Quizá una cajita Linux que almacene todas mis películas en disco duro. ¿Qué tal un aparato así que muestre en pantalla una lista de las películas disponibles, en la que uno selecciona lo que quiere ver y eso entonces simplemente inicia? ¿Sin publicidad ni insultos ni boludeces?

Suena como un buen proyecto para este año. Lo mantendré informado.

Vínculos: Artículo reciente en ALT1040 sobre esta precisa "campaña".

[Foto: Johnny Rotten. O su efigie en cera, realmente, en el museo de Madame Tussaud. Fuente: ChicagoEye's photostream en Flickr. Copyright © 2005 Lee Bey, algunos derechos reservados. El uso de esta fotografía está permitido bajo los términos de la licencia Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.0, como la publica Creative Commons. Ilustraciones: tiernos monitos por Gabito de Mitocondrias Alpinistas, quien es mucho más competente que yo tanto para dibujar como para expresar furia. Copyright © 2006 Gabito, algunos derechos reservados. El uso de estas imágenes está permitido bajo los términos de la licencia Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 Argentina, como la publica Creative Commons. Vea también esta, que de alguna manera refleja bien cómo me siento. Y mañana regreso al pacifismo, hoy no me joda, que ando rabioso.]

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Blogger Zereth dijo:
Despotrica a gusto, no te limites, jaja aunque el mensaje de aliento pro-improperios llegó tarde... que joda con el negocio, estoy de acuerdo en que sólo por apoyar al artista compro material "original"... pero parece que cada vez lo convierten en un acto heróico, a pesar de todos y contra todos. En Puebla no he encontrado un lugar donde comprar software, eso sí hay una plaza enooorme para los piratas que podrán quitarlos un día pero con la mano en la cintura estarán al siguiente. Y comprendo, después de conseguir tu programa, película, que te salgan con el mensajito de no compre pirata?? Eso es para patearlos.

Saludos
Jaja, un honor que mis dibujos estén en este artículo.
Y no puedo estar más de acuerdo con lo que dice.
Yo sólo tengo DVD en la PC, el cual a su vez está conectado al televisor, razón por la cual sí puedo saltear las publicidades y cosas por el estilo (creo que es el Media Player Classic el que uso, cosa que no te servirá si usás Linux, creo), pero hemos visto DVDs en casas de amigos y en sus aparatos no podemos saltear nada. Una maravilla.
Acá los DVDs son iguales, nada más que las dramatizaciones son hechas por argentinos, o dobladas en argentino, no sé. Es increíble que traten tanto de aleccionarnos a nosotros, mientras que los que tendrían aleccionar es a quienes venden todo esto.
Pienso que si estás pirateando un corto mal actuado y un montón de leyendas intimidatorias no van a cambiar demasiado lo que hagas.
Anonymous Anónimo dijo:
Muchas gracias, Zereth, por tu comprensión y empatía, y muchas gracias, Gabito, por lo mismo, más tus geniales dibujos. Y sí, pareciera que lo que quieren es convertir a los pocos que aún se lo piensan antes de piratear, en piratas cínicos sin el menor sentimiento de culpa.

La verdad, yo no sé porqué esta cosa me hace hervir la sangre de esta manera. Mi esposa dice que exagero, y la verdad, a veces casi lo acepto. Que estos payasos puedan hacerme saborear mi bilis es casi casi dejarles ganar el juego. Pero es que sí siento que se están burlando de mi, en mi jeta, y me vuelvo a encabronar.

En mi caso, Gabito, yo usaría MPlayer, que igualmente es buenísimo para reproducir DVDs y cualquier otro material audiovisual. Es sólo que no había vencido la desidia de preparar las cosas para usar la PC como reproductor de películas. Pero esto es motivación y no mameras.
Blogger Herel dijo:
Visto lo visto, para eslóganes: "Las películas descargadas vía PHP no te señalan neuróticamente como potencial criminal delante de tus hijos".

No saben o no les conviene ver que quien manda es el consumidor, no ellos. E insultarle o ponerle en duda con dramatizaciones exageradas no es precisamente muy buena idea.
Anonymous Anónimo dijo:
O__O . . . er... regreso mañana, ¿Va?
Anonymous Anónimo dijo:
Como yo lo veo, los estudios y distribuidores de películas, y las disqueras, editoriales, casas de software y demás ramas de la industria que comercian con "propiedad intelectual", tienen ideas muy torcidas acerca del fundamento moral de las leyes en que se escudan para demandar dinero de la gente. Y peor, conforme esta gente compra políticos y legisladores, la ley misma se va distorsionando, alejándose cada vez más de su intención original: incrementar el acervo de la humanidad, el dominio público.

Yo estoy de acuerdo con el copyright, en general (aunque la longitud de la protección ya me parece excesiva). Pero el punto es que no es un derecho inalienable a lucrar: es un balance delicado entre los intereses de los artistas y el daño que se hace al público al quitar cultura de su alcance. Y vaya, hasta hace unos años, el balance funcionaba. Hoy, los artistas (sus representantes, más bien) se han vuelto más voraces, y temo que el delicado balance se ha roto.

En fin. Ya estoy divagando. Peor, estoy peligrosamente cerca de ponerme a dar lecciones de moral yo mismo. Eso sí que me da horror.

Fanelian: ups, perdón. De verdad estoy apenado, es que sí, llegaste en un terrible momento para buscar la típica mengambrea alivianada de este sitio. Pero ve, ya hay artículo nuevo.
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