La Mengambrea

Sexo, UNIX y rocanrol
2005/12/31

Día 7: El ritual del cambio de año


Feliz año nuevo, a quien me lea. Que el 2006 sea el mejor año de su vida, hasta el 2007.

Personalmente, deseo que mi señora me quiera como yo la quiero a ella, y que mi hija se divierta como enana, aprenda un chingo de cosas y se ponga aún más guapa, si eso es posible. Que el bisne de los sistemas repunte. Que el bisne de las televisoras, las disqueras y los narcos se caiga. Que Microsoft tape de una maldita vez los hoyos de dos o tres de sus más infames productos, o mejor aún, que la gente descubra que hay alternativas. Que el Peje aprenda a hablar en público, que el Fox aprenda a cerrar el hocico, que al Bush se le pudra el pito y se le caiga, y que haya paz en el mundo.

Y que a cada espamer en la Internet le caiga una maldición y se convierta en escarabajo pelotero (eso sería avanzar en la escala evolutiva, me cae). ¿Me están oyendo, mamarrachos del sorteo del Tec de Monterrey?

¿Qué me falta? Ah, el ritual, es cierto. Festejamos, tragamos como marranos, nos atragantamos con uvas (sin semilla esta vez, gracias a root), brindamos con sidra de manzana y nos dimos abrazos. Eran unas 20 personas, y cada una abraza a las 19 restantes. Luego se dieron 190 abrazos en un lapso de cinco minutos. Fascinante.

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